lunes, 12 de noviembre de 2012

Nadar III

        Hacia 1860 los fotógrafos retratistas comenzaron a colocar fondos pintados y complicarlos en lugar de simples pantallas lisas que estaban detrás de todas las poses desde el daguerrotipo se introdujo ahora columnas de cartón, verjas figuradas, montículos jardines artificiales. Igualmente surge por estos años una gran demanda de fotografías publicitarias para actores y actrices. Algunos fotógrafos llegaron a especializarse en este campo. Es estos campos publicitarios como fondo se imitaron los decorados del escenario y el actor retratado jugara su papel ante la cámara. El éxito de estas fotografías se debía en gran parte a la fuerza con que el interesado proyectaba su personalidad.

        Otra fotógrafa, Julia Margaret Cameron, (1815 – 1879) inglesa nacida en Calcuta. S forma de acercarse al mundo de la fotografía fue radicalmente distinto a los retratistas parisinos aposados por las dificultades económicas, ella se dedico a la fotografía por pura afición. A una edad mayor y viviendo ya en Inglaterra, nos dejo su biografía donde nos cuenta su afán por sacar retratos de personajes famosos y miembros de su familia, perseguía a las celebridades que admiraron para que posara para ella y los obligara prácticamente incluso regalándoles a cambio objetos y baratijas traídos de su estancia en la India.

        Igualmente perseguía indistintamente a sus hijos e hijas, nueras, yernos, nietos y vecinos. Los retratos de la Cameron tenían un aspecto muy peculiar, son fotografías hechas con un material deficiente, con un objetivo que no cubría el formato de las placas (por eso no la admitieron en la Leonard Photography Society). Pero esos defectos técnicos no le quitaban valor a sus obras, sobre todo en los retratos que son equiparables a los de Octavius Gil o a los de Nadar. Julia decidió con buen criterio que la luz natural era incontrolable por su variabilidad y por ello para establecer un control absoluto en la iluminación de sus fotografías, las realizaba en su estudio interior, lo que le implicaba someter a sus modelos a veces a una secesión de tortura china obligándolos a no moverse durante largos periodos de tiempo, aun así el desenfoque y el ligero movimiento de algunas de sus placas era inevitable constituyendo el sello personal del artista. Podemos denominar como fotografías irregulares para el concepto imperante de la época, pero trabajadas, estudiadas y resueltas con elegancia, es un nuevo concepto en el tema del retrato, científicos, criadas, vecinos, hijos, todos enfrentados al objetivo, vestidos en algunas ocasiones con trajes pictóricos y en situaciones comprometidas para dar rienda suelta a la imaginación de esta fotógrafa.

        Estas composiciones de la Cameron no fueron las únicas, pertenecían a las primeras manifestaciones de un intento de asimilar la fotografía con la pintura, surge de esa forma el movimiento pictorialista, donde se ve por parte de los fotógrafos un claro intento de evitar a la pintura, en cuanto a modelos, temas, composiciones, etc.

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