jueves, 9 de agosto de 2012

El primer material fotografico

       Al principio resultaba muy caro el material fotográfico tan solo al alcance de aficionados pudientes o de entidades científicas dotadas de fondos. sin embargo el entusiasmo popular era grande y al día siguiente de la presentación en publico ya se improvisaban cámaras hechas con cajas y tubos de cartón y cualquier tipo de lente, los logros como es de suponer eran escasos y esta nueva afición sirvió de cartera para chistes y caricaturas que proliferaron enseguida.

        Daguerre emprendió junto con su cuñado Giroux la fabricación en serie de material fotográfico, a su cámara le llamara “daguerrotipe” era numerada y llevaba la firma del inventor. el daguerrotipo inicial o estas cámaras con todos sus accesorios, para la preparación de la placa, para el revelado, el trípode etc., pesaba mas de 50 kg., y costaba 400 francos de oro, iba acompañado de un manual de instrucciones traducido a los principales idiomas. se vendieron el primer año bastantes cámaras, no solamente en Francia sino también en otros países como Europa, se inicia así una carrera vertiginosa en la investigación y rápidamente se van introduciendo mejoras tanto ópticas como químicas, citamos a el ingeniero Chevalier que le aplica un juego de lentes intercambiables en 1841 que serán el antecedente de los objetivos actuales, o de las cámaras actuales, también citar a Lerebours y a los ópticos Buron y Soleil, que construyen cámaras con un formato muy inferior al daguerrotipo inicial, también en 1841 y llegaban a pesar tan solo 4 kg. el peso y el volumen de las maquinas se reduce pero también los precios se abaratan, e igualmente el tiempo de exposición se acorta, por ejemplo en 1841 el tiempo de exposición era 2 o 3 minutos y al año siguiente en 1842 el tiempo de exposición se reduce a 20 o 40 segundos. En cuanto al procedimiento químico, debemos citar al ingles Goddart, que propone un acelerador consistente en pasar la placa por vapores de bromo después de los de yodo. Con esta combinación de aceleradores y los adelantos ópticos vistos permitían conseguir un retrato en 30 segundos en el año 1845. Todo este avance vertiginoso no se reduce solo al primer año sino que continúa hasta nuestros días.

        Con todo el daguerrotipo dejaba mucho que desear, recordemos que se trataba de una imagen única que solo se apreciaba bajo cierto ángulo de visión que a plena luz se veía únicamente una placa de plata pulida sin ninguna imagen aparente y que además la imagen aparecía invertida como un espejo con lo que se recomendaba a los militares que cambiaran el lado de las condecoraciones para que luego saliesen correctamente, que los paisajes presentaban una topografía trastocada que se desplegaba a cualquiera. A veces se colocaba un prisma para corregir estos defectos pero suponía un alargamiento del tiempo de exposición.

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