Este producto revolucionario se conocía también con el nombre de “algodón – pólvora” o también piroxidina. Es un explosivo a base de celulosa nítrica disuelto en éter alcoholizado. Se empleaba en farmacias como cicatrizante y se transformaba en producto fotográfico al añadirle yoduro de plata. Las operaciones debían realizarse con rapidez porque había que mantener húmeda la emulsión.
El fotógrafo enfocaba previamente el tema elegido y luego pasaba a laboratorio donde a oscuras recubría la placa de cristal con el colodión. El producto había de extenderlo uniformemente con sumo cuidado de que ninguna gota mojase el reverso del cristal, luego se introducía la placa durante 30seg. en el yoduro de plata. Acto seguido tras escurrirlo lo colocaba en un chasis y cubría el reverso con un papel secante, después lo colocaba en la cámara en la que previamente se había comprobado el enfoque para empezar la exposición quitando la tapa del objetivo empleado.
Luego se pasaba a revelar la placa que una vez fijada, lavada y secada se le daba una capa de barniz muy fina, para proteger la imagen, este procedimiento estuvo en uso con mucho éxito durante 30 años, se realizaba en los estudios fotográficos como en las expediciones más lejanas y arriesgadas.
También lo utilizaron artistas de las artes plásticas como Corot, que lo utiliza con una variable que consiste en que interviene con una punta de acero en la emulsión de un negativo de cristal (que ya empieza a llamarse cliché). De esta forma conseguía algo parecido a una plancha de grabado de la que se podía sacar copias fotográficas.
Otros artistas entre ellos Delacroix y Mollet se dedicaron también a esta fórmula del cliché – verre obteniendo “grabados fotográficos”. El colodión desbanca definitivamente al daguerrotipo en los años 50 en Europa aunque en América permanece durante más tiempo y el Calotipo también lo elimina poco tiempo después. La fotografía alcanza en 1856 a todas las capas de la sociedad y aparecerá el fotógrafo callejero, hay grandes retratistas de esta época que nos han legado la imagen de personas celebres del momento o de testigos anónimos de la época.
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